lunes, 5 de octubre de 2009

Quisiera

Quisiera saber qué soy ahora
para poder mirar hacia todos los
ojos con mejor serenidad,
para mirar sin tanto odio,
sin tanta miseria oculta
entre las venas como germen
queriendo ramificarse en los alrededores
más recónditos de mi periferia humana; ¿seré,
por ejemplo, menos frío en el pensamiento,
y más cálido en la sonrisa al caminar entre
las multitudes?
Quisiera que hoy mismo mis dedos
dejasen de ser tan temblorosos al momento
de coger las propias flores de mi abandonado jardín,
y llorar en ellas tantas lágrimas sean necesarias
para seguir subsistiendo,
para limpiarme las entrañas de tantas cosas abstractas
que no me permiten ver ni entender por qué estoy aquí;
así, al menos, mi alma agrietada encontraría
en su espacio dormido un poco más de luz,
un trozo de felicidad sin que se escape,
jamás al fin.
Quisiera tener más tiempo para sentarme
en alguna estación de buses,
o simplemente en la acera de alguna avenida,
quizás en el centro de la ciudad
y contemplar la lluvia cuando cae y se dispersa
ya en la suavidad del polvo en concomitancia con la
oscuridad de la noche invernal,
tan sólo sentado así, sin nada más,
buscando en la observancia del pasado,
tal vez algún rastro de mi amado padre
cuando se dirigía a pasos aletargados a comprar
el vino, o a uno de mis tantos hermanos
con la mirada afligida tropezando
consigo mismo.
Quisiera saber ahora si mi cabello tendrá
en su forma la silueta de la nieve,
viviendo su esplendor sobre la pampa
que le cobija sin tantos cuestionamientos,
sin tantos razonamientos o reflexiones
que siempre terminan como al principio;
he así mi cabeza, que tarde se acuerda
de toda su existencia, y gira casi oxidada
exigiéndole clamor a los años que se le han
venido encima, sin previo aviso,
sin comunicación alguna más que la
soledad, los recuerdos, y miles de
arrepentimientos que ya de nada sirven.
Quisiera en el futuro, entonces, saber
si mis proyectos culminaron con éxito
en el escabroso sendero de mi vida,
mi propia vida,
o si todo fue en vano y lo único que
he conseguido es un pasaje hacia
una tumba que poco y nada sabe de las
penurias que he debido soportar;
sólo sabiendo aquello pudiese
estar preparado para consolarme
desde ya de los enjuiciamientos
sociales que quedarán aquí por siempre,
de generación en generación porque
así ha sido, y seguirá siéndolo hasta
el final de la existencia humana…
e inhumana al fin y al cabo.
Quisiera saber, asimismo, si las palomas
recordarán mi nombre cuando naveguen
por los infinitos cielos, allá en las estrellas del pasado,
y si en algún segundo el mundo
dejará de dar vueltas para recordar
mi sangre impoluta hecha huella
en algún lugar del universo…
Pero, ¿qué tanto tiempo me queda
para saber realmente quién soy?,
quisiera pronto saberlo, y de saber
que nada soy me hundiré
en lo más profundo de mis huellas dactilares.
Quisiera escapar hoy de lo adverso,
de lo siniestro,
de las injusticias más remotas,
de los llantos fúnebres que nacen
de las guarderías,
de manos insolentes,
de la maldad de las olas
queriéndose llevar mi honestidad,
quisiera arrancarme el nombre
para volver al inicio tan pronto sea necesario,
y retrocederé en el tiempo y me quedaré
en mi nacimiento, acurrucado, dormido
incansablemente en colchoncillos de algodón,
en el torso de mi hermosa madre,
en las llagas de su sabiduría inerte,
prístina desde sus confines maternales
y cánticos campestres hasta adornar
mil rosas con voces de colores,
y al fin la quietud del destino
me hará comenzar de nuevo,
aún hay tiempo,
y comienza a amanecer.

2 comentarios:

  1. no alcance a leerlo todo, pero es obvio que esta re londo porque lo hizo mi hermanito lindoooooo

    que bueno que comnezaste a hacer esto, ya qye cuando alguien tiene un talento tan lindo debe darlo a conocer.

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  2. tremendo viaje Rodrigo!!!

    creo que si, que hay tiempo y si no escucha el tema "Bajan" de Spinetta...

    ¡Felicitaciones por el blog!

    (tu seguidora)

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